El conflicto de Aerolíneas Argentinas está a punto de sumarle un gremio a la CGT de Hugo Moyano. Rápido como pocos, el flamante titular de la Confederación General del Trabajo acaba de ganar el acercamiento de uno de los escasos sindicatos vinculados al transporte que no tenía filiación con ninguna central: la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA). De la mano de la más combativa Asociación de Personal Técnico Aeronáutico (APTA), alineada a la CGT, los dirigentes de APLA expusieron ante Moyano la situación que los enfrenta a Aerolíneas por el reclamo de aumento salarial. Y, ayer, la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) –el gremio que vio nacer al hombre fuerte del sindicalismo– difundió un comunicado en el que enciende una “alerta” sobre la situación de la línea de bandera y da a conocer la intervención de Moyano en el conflicto. “Tanto Moyano, como (Juan Manuel) Palacios (secretario General de la CATT), manifestaron la preocupación por el tema y se comprometieron a promover una salida negociada en el más alto nivel de Gobierno”, dice el texto. En Aerolíneas prefirieron no hacer comentarios sobre la situación. La compañía del grupo español Marsans está enfrentada con los pilotos, que vienen gestionando una recomposición salarial desde hace un año. Pero el conflicto se recrudeció en el último mes, cuando en menos de veinte días comenzaron dos paros –uno antes de las vacaciones de invierno y otro el martes 26 de julio– que se frenaron por la intervención del Ministerio de Trabajo. Inicialmente, los comandantes demandaban un alza del 45% en sus sueldos, reclamo que se redujo ante una propuesta de la cartera de Carlos Tomada, de incorporar al sueldo fijo el fondo de retribución variable por productividad. Ese monto es de 6 millones de pesos, al que se sumaría un millón más. Pero, según el gremio, finalmente Aerolíneas aceptó derivar sólo $ 2,8 millones del fondo de retribución variable. Eso desembocó en el paro de 12 horas del martes 26, medida que afectó a unos 2.400 pasajeros de 14 vuelos: 12 domésticos y dos internacionales. En tanto, los técnicos piden un aumento del 75% y la reincorporación de personal desvinculado. Tras el último paro, Trabajo dictó una conciliación obligatoria a APTA y una voluntaria a APLA. Ambas terminarán el martes próximo. “Yo he tenido dos o tres reuniones anteriormente con el señor Moyano. Y había quedado en informarle sobre lo que estaba sucediendo”, explicó Jorge Pérez Tamayo, presidente de APLA, que tiene unos 900 miembros, 468 de ellos de Aerolíneas. Ante la pregunta de si la intervención de Moyano podría derivar en un enrolamiento a la confederación, aseguró: “Sin dudas, hay un acercamiento a la CGT, que se ha hecho eco de nuestro conflicto”. De todas formas, el dirigente aclaró que “va a llevar su tiempo. Tenemos que tomar decisiones con respecto a la parte estatutaria, con la participación de todos los asociados”. “Sabemos que Kirchner está enterado de la situación, pero no si tiene una acabada idea sobre la gravedad de la empresa”, dijo Luis Prado, vocal primero de APTA, en medio de una manifestación en la esquina de Leandro Alem y Bouchard, a pasos de la sede de compañía que preside Antonio Mata. Moyano actuó inmediatamente. Anoche, en una reunión que mantuvo con Kirchner –y que había sido agendada hace varios días– el conflicto aeronáutico se llevó gran parte de la conversación. Mapa sindical De los gremios que representan a trabajadores de Aerolíneas, dos son miembros de la CGT: APTA –conducida por Ricardo Cirielli, que está de licencia por ejercer el cargo de subsecretario de Transporte Aeronáutico– y la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), la entidad que hizo conocida a la ex azafata y actual diputada Alicia Castro. En tanto, la Asociación de Personal Aeronáutico (APA), de la que surgió el ex secretario General y actual diputado Ariel Balseiro, está enmarcada en la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA). La Unión Personal Sindicatos Aeronáuticos (UPSA) no tiene acercamiento a centrales. ALEJANDRA BERESOVSKY Buenos Aires
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