Molesto por lo que define como “irregularidades inadmisibles”, el presidente Néstor Kirchner informó ayer al jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que el grupo español Marsans debe mejorar la gestión de Aerolíneas Argentinas para normalizar su situación legal en el país, mientras el Gobierno debate el eventual retiro de las rutas de vuelo otorgadas. Kirchner detalló los problemas que el Gobierno detectó en la empresa, aportando incluso algunos detalles específicos, desde los rechazos a los balances presentados hasta las impugnaciones a la asamblea ordinaria de junio, relataron luego funcionarios de la comitiva argentina, por lo que Rodríguez Zapatero se comprometió a “tomar cartas en el asunto”. El canciller Rafael Bielsa negó, no obstante, que Kirchner le haya anticipado eventuales retiros de las rutas de vuelo otorgadas a Marsans, como funcionarios del propio gobierno sugerían en Buenos Aires, y también descartó que se haya planteado la posibilidad de un retiro voluntario o involuntario español. “No se habló de rescindir algo ni de un retiro de Marsans, sino de insatisfacción del Gobierno. Se planteó que la empresa tiene problemas y debe solucionarlos en un marco de capitalismo serio”, comentó el canciller Rafael Bielsa a LA NACION. Pero en Buenos Aires el subsecretario de Transporte Aerocomercial, Ricardo Cirielli, avivó los rumores. “Hay que reargentinizar Aerolíneas Argentinas. La empresa no está haciendo las inversiones que tiene que hacer”, afirmó en una conversación con periodistas. Cirielli explicó que tenía previsto viajar esta semana a Madrid junto con el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, para contactarse con los dueños del grupo Marsans, controlante de la aerolínea, pero que Kirchner los contuvo y decidió primero hablar con Rodríguez Zapatero. Antes que el encuentro bilateral se concretara en Nueva York, sin embargo, Cirielli anticipó en Buenos Aires que el Gobierno le estaba buscando a la empresa un nuevo propietario. “No tenemos inconveniente en hacernos cargo transitoriamente. Aerolíneas no va a dejar de volar. Y no será una estatización, porque se buscará un comprador”, agregó. Se lo consultó, entonces, sobre si había interesados. “Hay muchos”, contestó. Informado de los dichos de Cirielli, Bielsa negó que esas opciones se hubieran analizado en el encuentro Kirchner-Zapatero. “En la reunión no se planteó la posibilidad de un retiro; ni yo ni el ministro De Vido estamos al tanto de esa posibilidad”, afirmó. “La Argentina sólo pidió que Marsans regularizara la situación de la empresa; quiere que Marsans se quede, pero de manera ordenada. La IPJ [por la Inspección General de Justicia] no aprobó sus últimos tres balances y están transfiriendo aviones a Austral. La situación es anómala”, ejemplificó. El Gobierno impugnó los ejercicios 2002, 2003 y 2004 de la empresa. La razón del rechazo es una investigación penal por presunto uso indebido de fondos y supuesto “delictivo accionar” que se tramita contra Aerolíneas Argentinas en los tribunales españoles. El Ministerio de Economía argentino está a cargo, en tanto, de la acción del Estado, que representa un 1,64% de la propiedad de la compañía. Si bien la participación accionaria es baja, el rechazo al balance traba la posibilidad de que la empresa aerocomercial cotice en la Bolsa de Comercio. Según un comunicado emitido anteayer por el Ministerio de Planificación Federal, el Gobierno rechazó el balance para “preservar sus propios intereses, además de resguardar los intereses de la sociedad, de los trabajadores y del interés público”. La decisión se tomó “en virtud del conocimiento que se ha tenido de todas las actuaciones llevadas a cabo por el Juzgado N° 35 de Instrucción de Madrid, y la revelación del contrato entre la SEPI y Air Comet SA, que no hacen más que corroborar la falsedad de los balances y el delictivo accionar de los imputados”. La situación En Nueva York, mientras tanto, Bielsa comentó que Rodríguez Zapatero y los cinco funcionarios españoles que lo acompañaron durante el encuentro con Kirchner escucharon la exposición argentina y anticipó que intervendría su gobierno. “Se comprometió a tomar cartas en el asunto”, afirmó el canciller. Los voceros de Aerolíneas Argentinas consultados en Buenos Aires, en tanto, evitaron replicar al Gobierno, aduciendo que ésa es la posición tradicional de la compañía, aun cuando el presidente del comité ejecutivo de la empresa, Antonio Mata, se reunió dos veces en los últimos meses con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, para analizar la situación. Los encuentros también abarcan a ejecutivos del Grupo Marsans, cuyos propietarios, Gerardo Díaz y Gonzalo Pascual, se habrían reunido a su vez en Madrid con el embajador argentino en España, Carlos Bettini, con idéntico propósito: conocer cuáles son las intenciones de la Casa Rosada, según pudo saber LA NACION. La preocupación empresarial aumentó en las últimas semanas. En especial desde hace un mes, cuando Kirchner se reunió en la Casa Rosada con sindicalistas de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), que condujo Cirielli hasta que asumió como funcionario, y la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA). Los dirigentes sindicales expusieron ante el Presidente que el grupo Marsans estaba desinvirtiendo en Aerolíneas y trasladando activos a Austral, la otra empresa del grupo. El traspaso de la discordia fueron cuatro aviones MD que hoy forman parte de la flota de Austral. Ese fue uno de los ejemplos que ayer Kirchner detalló ante Zapatero. Fuente: http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/politica/nota.asp?nota_id=739299
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