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Nota del Presidente de APLA, Jorge Pérez Tamayo, al Presidente de ARSA, Mariano Recalde
Buenos Aires, 07 de noviembre de 2011.
Ref. Nº 2590/165/Pte/11
Presidente
Dr. Mariano Recalde
AEROLÍNEAS ARGENTINAS
Por intermedio de la presente, me dirijo a Ud. a fin de expresar mi profunda preocupación por el presente y el futuro de nuestra Línea Aérea de Bandera como resultado de ciertas decisiones tomadas en los últimos meses. Dichas decisiones, no sólo resultan opuestas a lo conversado con Ud. oportunamente, sino que ponen en riesgo la viabilidad de nuestra querida Aerolíneas Argentinas.
Ud. sabe perfectamente bien (como se lo hemos demostrado en reiteradas ocasiones con números claros) la importancia que tiene para la compañía contar con una flota adecuada para cubrir la ruta Buenos Aires – Madrid, siendo éste de los destinos más competitivos para ARSA en relación a sus competidores históricos como Iberia, Air Europa y otros. Asimismo, también sabe la importancia que supone la presencia de Aerolíneas Argentinas en Los Ángeles, Nueva York, París, Londres y otras ciudades para la interconexión de nuestro país con el mundo y el desarrollo de la empresa.
Sin embargo, su equipo de gestión no sólo no ha hecho nada para recuperar los destinos internacionales perdidos tras décadas de desidia (con la única excepción de México D.F.), sino que ahora ha anunciado la desprogramación de la flota Boeing 747/400. Pareciera mentira que desprogramen aviones: no necesitamos reemplazar aviones, necesitamos sumar aviones.
Cada vez estamos más lejos de cumplir con las funciones sociales, políticas y económicas de Aerolíneas Argentinas como Línea Aérea de Bandera. Cada vez estamos más lejos de que nuestra empresa vuelva a ser aquello que nunca debió dejar de ser.
Tal como sucedió a lo largo de la gestión Marsans, en los últimos meses se han comercializado pasajes en base a una programación de vuelos inviable con el único objetivo de hacer caja. Nuevamente, y como si no aprendiéramos de los errores del pasado, vemos como la Gerencia Comercial vende vuelos más allá de la capacidad operativa real de la compañía.
Como Asociación Profesional, desde APLA, hemos intentado siempre llegar a un entendimiento mediante el dialogo. Nos hemos reunido infinidad de veces con directivos de la empresa -en muchas ocasiones con su propia presencia o la de otros miembros del Directorio de la compañía- para buscar soluciones a los problemas detectados. Hemos puesto lo mejor de nosotros para que la empresa salga adelante y vuelva a contar con el prestigio internacional que nunca debió dejar de tener. Sin embargo, siempre por causas inexplicables o mentiras terminaron cortando el dialogo.
El compromiso de los trabajadores no sólo ha posibilitado salvar a nuestra Línea Aérea de Bandera, sino se refleja a diario intentando brindar un mejor servicio. Gracias a la auto-exigencia y al trabajo de pilotos, personal de mantenimiento, tripulantes de cabina, personal de tierra y personal superior hemos pasado de ser 8º a ser 4º en los rankings de seguridad operacional en el mundo.
Precisamente, con este compromiso, vemos con profunda preocupación la irresponsable comercialización de vuelos que anticipadamente sabemos que no se podrán cumplir tal como ha sucedido en los últimos meses. Si esta vez no hay cenizas, me pregunto a quién le echarán la culpa de las cancelaciones, ¿otra vez culparán a los gremios?
Siempre tengo el convencimiento de que hay que aprender de los errores. Por ello, considero inadmisible que se cometan las mismas equivocaciones que llevaron a la empresa al borde de la desaparición. Las consecuencias de vender más de lo que se puede volar (quizás por intereses particular de algún integrante del staff directivo) ya les hemos vivido a lo largo de la gestión Marsans y sabemos perfectamente cuáles son: desconfianza entre los pasajeros por comprar un pasaje y no saber efectivamente cuándo va a poder viajar, desconfianza entre los propios trabajadores por no vislumbrar un futuro cierto, y fundamentalmente desconfianza de la Presidenta de la Nación por supuestas presiones gremiales cuando en realidad la sobreventa es causada por pésimas gestiones empresariales.
Si bien puede resultar extremadamente difícil gestionar una empresa aerocomercial debido a las múltiples variables y factores intervinientes, puedo garantizarle que es aun mucho más difícil (diría imposible) hacerlo con un equipo gerencial que no conoce el negocio (a nivel nacional e internacional) y especialmente cuando los integrantes de este equipo sobreponen sus intereses particulares a los de la compañía.
Desde hace más de 60 años, Aerolíneas Argentinas lleva la Bandera Nacional a todo el mundo y a cada una de nuestras provincias. Es momento de que entienda la magnitud del daño irreparable que producirán sus decisiones y las de su equipo de trabajo para la empresa.
Como ciudadano, como trabajador de Aerolíneas Argentinas y fundamentalmente como Presidente de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas no puedo permitir que nuestra empresa caiga nuevamente en una espiral sin soluciones pudiendo dejar a más de 10.000 personas en la calle.
En este sentido, lo llamo a recapacitar, a repensar las decisiones tomadas (y por tomar) en la forma más consciente posible para revertir un proceso que no sólo va en contra de nuestra Línea Aérea de Bandera, sino también de la recuperación de nuestro patrimonio nacional como argentinos.
Sin otro particular, lo saludo atentamente.
JORGE PÉREZ TAMAYO
Presidente