Una de las fechas importantes y que marcó nuestro destino como pueblo fue el 12 de octubre de 1492, cuando un enviado del reino de España y proveniente de Cádiz descubrió un nuevo mundo, lleno de riquezas, con una cultura propia y un pueblo amigable que tenía un desarrollo y próspero futuro. A partir de allí se empezaron a vaciar recursos y transferir riquezas, que eran muy abundantes por ese entonces, con destino al viejo continente. El desarrollo de los acontecimientos hizo que al llegar el 1 de agosto de 1776 se constituyera, mediante una Cédula Real, el Virreinato del Río de la Plata que mantuvo sometido a los pueblos que habitaban el territorio de Argentina, Paraguay, Banda Oriental (Uruguay), parte del Alto Perú (hoy Bolivia) y parte del actual estado brasileño de Río Grande. Durante el 1807 la pelea por las riquezas y los territorios conquistados culminó formalmente con la firma de la capitulación y cese de hostilidades el 7 de julio al fracasar la última invasión Inglesa. En estas tierras, desde hacía tiempo los criollos se negaban a continuar siendo sometidos, muchos eventos y sangre derramada daban cuenta de la necesidad de un pueblo a decir basta. Durante la asamblea del 22 de Mayo de 1810, los españoles estaban encabezados por el obispo Lué y el fiscal Villota, que deseaban que todo siguiera igual y los criollos por boca de Castelli y Paso anhelaban la caducidad del Virrey. La tesis criolla salió triunfante en la votación, pero al día siguiente el cabildo intentó tergiversarla por una junta precedida por el Virrey Cisneros. El furor del pueblo fue tal, que el 25 de mayo se manifestó concentrado frente al Cabildo. De este modo, por presión popular, se tuvo que formar una junta de Gobierno proclamándose la destitución del virrey y integrada por criollos, a semejanza de las entonces, existentes en España. El 25 de mayo debe ser una fecha para reflexionar y rendir homenaje a todos los criollos que con su esfuerzo lucharon por liberarse de la dominación y soñaron con poder elegir su destino, engrandecer a la patria y al pueblo al que pertenecemos. Hay una historia de luchas anteriores a la llegada del enviado del Reino de España proveniente de Cádiz que sumada a la conducta de nativos traidores y al accionar de los sucesivos enviados desde el reino, nos ha traído hasta el presente, convirtiéndonos en quienes somos y nos ha dejado como estamos. Enfrentar las formas de sometimiento actuales es nuestro mayor desafío y responsabilidad, sin dejar de reconocer que quienes impiden el desarrollo pleno de nuestro pueblo, ya sean propios o ajenos, no tendrían el camino allanado de no ser porque se lo hemos permitido. Renovando el espíritu de los que nos precedieron, día a día, con nuestro esfuerzo deberemos recuperar el tiempo perdido y la capacidad de elegir regalarnos un futuro mejor. Por nosotros, por nuestra historia, por nuestras familias, nuestros seres queridos y las de todos los bien nacidos que habitamos estas tierras. Vaya nuestro reconocimiento a los próceres de mayo que pusieron fin al formal sometimiento, nos mostraron el camino a seguir y se atrevieron a gritar: VIVA LA PATRIA COMISIÓN DIRECTIVA
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