En el día de ayer, la conducción de Aerolíneas Argentinas ha anunciado el levantamiento total de la ruta a Barcelona, avanzando de este modo en un nuevo proceso de vaciamiento de nuestra Línea Aérea de Bandera.

A esta altura no quedan dudas respecto del destino que han elegido para la compañía tal como nos admitiera en febrero de 2016 el Secretario de Coordinación de Políticas Públicas, Gustavo Lopetegui.

Desde entonces lo venimos denunciando, la intención es achicar el área internacional a una mínima expresión y relegar las operaciones al plano nacional y regional. Habiendo perdido la timidez y con un mayor capital político, el vaciador Dell’Acqua empezó a cumplir el plan de Lopetegui; el mismo que Isela Costantini se negó a llevar a cabo y motivara su salida de la compañía.

Hace tan solo unos días atrás, se anunció la llegada del primer B-737 MAX que implica indiscutiblemente un hito para la empresa. Sin embargo, sigue sin venir ninguno de los tres A-330 que aseguraron que se iban incorporar a la flota de largo alcance en reemplazo de los A-340, haciendo prácticamente inviable la sustentabilidad de los destinos internacionales que (aún) no levantaron.

Con esta dirección, están poniendo en peligro la estabilidad de cientos de fuentes laborales argentinas y afectando seriamente la carrera profesional de los pilotos.

Con arrogancia procuran culparnos del levantamiento de rutas a los trabajadores por una paritaria. No obstante, por más de que busquen deslindar las responsabilidades que le caben por sus propias decisiones, no van a encontrar en nosotros al idiota útil al que apuntar.

Aquellos que ponemos el hombro día a día para que ARSA siga siendo motivo de orgullo para todos los argentinos no permitiremos que la destruyan de vuelta. Nos costó muchísimo rescatarla en cada ocasión que la llevaron al borde de la desaparición y no vamos a resignarnos a perder lo que hemos construido.

Hace algunos años nos preguntábamos si Aerolíneas era el proyecto de un Gobierno o si era el “kiosquito de los nenes”. Hoy, resulta oportuno indagar si nuestra Línea Aérea de Bandera sigue siendo una herramienta de la política aerocomercial para el desarrollo del país o si se ha transformado en el botín de los CEOs que tomaron por asalto el Estado Nacional en beneficio de transnacionales extranjeras.

Con trabajo y dedicación, los números de la ruta a Barcelona mejoraron notablemente, demostrando que no solo es un destino consolidado, si no que no existen motivos económicos para cerrarla. Mientras la low cost Level del Grupo AIG (Iberia + British Airways) aumenta las frecuencias, LATAM Brasil ha comenzado a operarla desde San Pablo transportando usuarios de toda la región, e Iberia anuncia un aumento significativo en la cantidad de asientos ofrecidos a otros destinos españoles, ya sea por incapacidad o con dolo, las autoridades de Aerolíneas Argentinas deciden levantarla.

Por lo expuesto, daremos inicio a nuestro plan de lucha en defensa de nuestra Línea Aérea de Bandera, de las fuentes laborales y de la carrera profesional de los pilotos argentinos.

Lo afirmamos, y con estas acciones queda ratificado: “La denominada “Revolución de los Aviones” no es otra cosa que un plan directo para achicar a nuestra Línea Aérea de Bandera, hacerla inviable, y transferirle recursos a compañías extranjeras.”

COMISIÓN DIRECTIVA

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